Las posadas son lugares de auténtica cultura de posada austriaca

Muy típico de Austria: posadas en las montañas
La posada siempre ha sido un lugar de experiencias únicas que no podías vivir en ningún otro sitio. No era sólo un lugar donde la gente se reunía regularmente, intercambiaba ideas y debatía. También era el lugar donde se celebraban acontecimientos vitales clave: Bautizos, bodas, funerales.
Durante generaciones, el bar ha sido el centro de la vida social, un bien cultural, un lugar de encuentro, un universo en sí mismo. Pero últimamente se enfrenta cada vez más a desafíos.

- Importancia histórica: las posadas austriacas desempeñan un papel central en la cultura y la sociedad, sirven como lugares de encuentro social y celebran acontecimientos vitales importantes.
- Los restaurantes más antiguos: El “St. Peter Stiftskeller” de Salzburgo reclama el título de restaurante más antiguo de Europa, compitiendo con otras posadas históricas como el “Röhrl” de Alemania.
- Desafíos: La cultura de los pubs está luchando contra los cambios sociales, la competencia de los modernos conceptos de restauración y las cocinas internacionales, lo que está provocando un declive.
- Tradición e innovación: A pesar de los retos, la tradición de la hospitalidad sigue siendo central, con un menú que combina clásicos austriacos e innovaciones.
- Presión económica: Los bares tradicionales están sometidos a presión para mantener unos precios asequibles con unos costes crecientes, similares a los de los cafés vieneses.
- Importancia de la calidad: La calidad de la comida y la bebida, especialmente la cultura del pan y la cerveza, son esenciales para la autenticidad de un restaurante.
- Iniciativas de conservación: Cada vez hay más esfuerzos por conservar la tradición de las posadas mediante ayudas económicas y campañas de imagen, así como una tendencia hacia porciones más pequeñas y finas.
El “St. Peter Stiftskeller” de Salzburgo reclama el prestigioso título del restaurante más antiguo de Europa, quizá incluso de todo el mundo. La historia del “Stiftskulinarium”, como se le conoce hoy, es un reflejo del desarrollo evolutivo de la gastronomía. Esta institución no sólo encarna una institución cultural, sino que también está estrechamente entrelazada con el progreso social.
Hay pruebas históricas de que la bodega fue autorizada oficialmente a servir cerveza en 1803, y para entonces ya se había establecido como vinoteca, donde sólo se servía vino producido por los monjes. Me pregunto si ya entonces había menús y listas de bebidas.
El “Stiftskulinarium” compite por el título de posada más antigua, entre otros, con el “Röhrl” de Eilsbrunn (Alemania), regentado por la misma familia desde 1638.
La cocina originalmente sencilla del St. Peter Stiftskeller se ha convertido en un lugar de encuentro para gourmets. Además de platos tradicionales como la ternera hervida y el gulash de ternera, ahora los clientes también pueden encontrar platos sofisticados como el salmón Ikarimi o el “Vitello Garnelo” en los menús de madera.

El jardín de un pub da sombra
La cultura de los bares, antaño floreciente, se enfrenta hoy a desafíos: Los cambios sociales, los cambios en la movilidad y los hábitos alimentarios, los límites de alcohol y la prohibición de fumar están ejerciendo presión sobre ella.
Los conceptos modernos de restauración y las cocinas internacionales compiten con las posadas tradicionales, lo que provoca un descenso de la inversión, la innovación y, en última instancia, de los huéspedes. Como resultado, el número de posadas disminuye continuamente.
La virtud de la hospitalidad
Sin embargo, la función original de las posadas, ofrecer a los viajeros alojamiento (¿cómo eran entonces las carpetas de los hoteles?) y comida y servir como lugares de hospitalidad e intercambio, sigue siendo una tradición que merece la pena conservar.
Personas de todas las clases sociales, desde grandes agricultores hasta alcaldes, se reunían en la mesa de los clientes habituales y tomaban decisiones de importancia política. Las posadas se convirtieron en lugares centrales de reunión social en las zonas rurales, donde se reunían clubes y equipos.
La sensación de estar “como en casa” en la posada pone de relieve la estrecha unión de la comunidad. El propietario, que es el centro de la reunión, cultiva la hospitalidad y dirige su negocio con encanto y experiencia. Muchas posadas, a menudo de propiedad familiar durante generaciones, se enfrentan al problema de la falta de sucesión.
El menú es a menudo la pieza central de un restaurante y define su carácter mediante la selección de clásicos austriacos preparados a la perfección.
Sopa, schnitzel, cerveza
Ciertos platos son esenciales en los menús de los pubs: una excelente sopa de ternera, el schnitzel, los despojos, los platos típicos pimentoneros como el gulash o el pollo al pimentón y el asado de los domingos, siempre recién preparado. Una buena selección es más importante que un menú extenso, que puede contener el plato favorito de cada comensal.
La auténtica cocina austriaca, que requiere mucho trabajo y artesanía, es cada vez más rara. Además, los precios en un bar tradicional tienen que ser tales que todo el mundo pueda permitirse la comida. Esta demanda aumenta la presión sobre los restauradores, similar a la situación de los cafés vieneses, donde el modelo financiero del pasado ya no es sostenible.
Además de los platos típicos -y las cartas de bebidas-, el núcleo de la cultura de los pubs austriacos incluye también la cultura del pan, que a menudo se descuida, y una fuerte tradición cervecera. Un pub tradicional se caracteriza por una gama de cervezas premium austriacas de alta calidad, tiradas con cuidado y rematadas con una atractiva cabeza. Las cartas de vinos también son imprescindibles.
Todos los anfitriones bien
Las tradiciones de la cultura de taberna austriaca siguen vivas en ciudades y comunidades de todo el país. Muchos taberneros, profundamente arraigados en su localidad, no llegan a ser famosos en todas partes, pero algunos se convierten en auténticas instituciones. El tabernero Christian Grünauer, por ejemplo, concede gran importancia a ofrecer en el “Grünauer” platos acordes con su propio gusto, lo que le convierte en un auténtico anfitrión.
Antiguamente conocido como bar de sopas con la bolera más antigua de Viena y un asador de pollos, el ambiente histórico del “Appiano” se ha conservado a pesar de los cambios de uso. Su propietario, Hannes Pruscha, ofrece a los clientes habituales auténticos clásicos como pollo frito, albóndigas Grammelknödel y Powidltascherl en un ambiente familiar.
La posada “Zur Sonne” de Tulln también ofrece una cocina sencilla. En Alta Austria, el “Keplingerwirt” de St. Johann am Wimberg y el “Schloss Hochhaus” de Vorchdorf son lugares populares. En Birkfeld, Estiria, el “Gallbrunner” impresiona con un asado de cerdo perfectamente preparado en horno de leña.
En Leogang, Salzburgo, el “Kirchenwirt” se encuentra ya en su sexta generación de cultura hostelera de primera clase. El “Steirereck am Pogusch” de la familia Reitbauer, en Estiria, también se define como posada y demuestra de forma impresionante la diversidad de este término. La lista podría seguir y seguir, prueba de la abundancia de excelentes posadas.

La comodidad y la hospitalidad son muy importantes en las posadas austriacas
El rescate está cerca
Cada vez más iniciativas se comprometen a continuar esta tradición. Los hosteleros que ofrecen platos regionales y tradicionales pueden recibir ayudas económicas. En Viena, la Cámara de Comercio está organizando una campaña de imagen para sensibilizar a la población.
En otras regiones, los propios ciudadanos se están implicando, como en Hochneukirchen, en el Bucklige Welt de Baja Austria, donde se fundó una cooperativa para reabrir la antigua posada del pueblo, la “s’Hutwisch”. Los vecinos pudieron convertirse en accionistas por 150 euros, y poco después de lanzarse la iniciativa, la posada se reabrió con éxito.
Más pequeño pero bonito, por favor
Hay otro deseo para los comensales contemporáneos: que se alejen de la presión de las grandes raciones. Las raciones pequeñas al estilo tradicional ofrecen a los gourmets la oportunidad de saborear varios platos, de forma similar a la buena mesa. Esto corresponde a una comprensión moderna y podría ser un hueco en el mercado.
Conclusión
La cultura de los bares austriacos, enfrentada a los cambios sociales y económicos, conserva su profundo significado para la identidad y la comunidad a pesar de los desafíos. Las iniciativas para preservarla y adaptarla a las necesidades modernas demuestran la vitalidad de la tradición y la necesidad de continuarla. Las tabernas siguen siendo centros indispensables de cultura y cohesión.
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